LA PAIDEIA DEL SIGLO XXI


PAIDEIA DEL SIGLO XXI




La constante búsqueda de cómo enseñar ha inquietado siempre el mundo educativo, la necesidad de encontrar metodologías asertivas que logren calar en los alumnos, hace que el acto educativo este en constante movimiento, siempre buscando mejorar. “Hemos de considerar que no existe un único camino para el éxito pedagógico, ni la solución sin esfuerzo de los complejos problemas docentes, ni la descripción del “modo mejor de enseñar”. (Valcárcel, 2004, p 1) La enseñanza no es unísona. Por tal forma debemos utilizar distintos modelos de enseñanzas que se complementen entre si y que arroje como objetivo el aprendizaje valioso de los alumnos.




La historia de la Humanidad es una sucesión de pandemias, pero no aprendemos.



El covid 19 no es la primera pandemia que azota a la humanidad. Ya ha habido muchas, las cuales ocasionaron muertes y cambios habituales en los estilos de vida. La diferencia de esta pandemia es el alcance global que tiene. Paradójicamente la globalización hace que el conocimiento no sea privilegio de unos pocos, pero crea un sistema interconectado sin barrera alguna, donde la libre movilidad origina estos percances. El problema originado por la pandemia crea un escenario, el cual se puede ver como una oportunidad de mejorar los procesos educativos. Que desde hace tiempo pide a gritos una re-estructuración. Dado que “No podemos seguir enseñando a las generaciones del futuro con las herramientas que formaron parte de nuestro pasado” (Muñoz, 2003, p 7)


Un contexto como el actual, nos debe hacer replantear la cotidianidad, lo que antes era normal hacer, ya no lo es. Existe las necesidad de entender las nuevas formas de pensar, sentir y actuar (Mazza, 2020). Estamos llamado a romper el paradigma actual y en la era de la comunicación y la información, no es válida la excusa de ausencia de materiales y estrategias de aprendizajes para una educación con calidad, tal y como los definen J. C. Orozco, A. Olaya y V. Villate (2009) “la educación de calidad se articula, entonces, a los procesos de construcción de una ciudadanía crítica, asunto que desborda el desarrollo de competencias básicas y especializadas” (p.174). La revolución hecha por las TIC en todos los campos del conocimiento ha reinventado esta perspectiva. Por ende la idea de implementar las nuevas tecnologías no deben ser rechazadas en la educación. Los alumnos del nuevo milenio exigen modelos y estrategias educativas que estén acorde a su contemporaneidad, dejar de replicar las metodologías tradicionales de educación ayudará a una mejor inserción de nuestros jóvenes al mundo del saber, lo que hará que la escuela se adapte a las nuevas necesidades y en vez de esto evitar el choque actual de insertar a los alumnos a un estilo de educación desgatado que necesita cambios.





Para ser un docente, se debe tener la capacidad de desarrollar muchas competencias, el siglo XXI expone un nuevo escenario y es el desarrollo de las competencias digitales, las cuales buscan la emplebialidad de la tecnologia y sus recursos de manera critica y segura.  “No en vano, no podemos concebir un docente de  nuestro siglo que no considere el uso de las Tecnologías  de  la  Información  y  la  Comunicación  (TIC)  o  que,  en  su  aplicación,  no  exhiba  criterios  de excelencia”  (Cervera, Martinez & Mon, 2016, p 78).
 El docente debe ser un inquieto en el mundo académico, ser docente implica más que saber, tal como lo dijo Carl Jung “«Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos” es por eso que tan linda profesión necesita más que el conocimiento dado. El elemento emocional juega un gran papel en el aprendizaje de los alumnos.


Todo profesional debe conocer y manejar a la perfección los elementos que influyen de manera directa en su campo de acción. De esto dependerá el éxito o no de su rendimiento en las labores realizadas. El ciclista debe conocer a la perfección su bicicleta para llegar de primero a la meta. Debe saber la presión del aire, el sistema de frenos, la lubricación de las cadenas y la utilización del sistema de cambios. El conocer estos elementos mecánicos no le garantiza un óptimo rendimiento. Si el ciclista no conoce el terreno, sus habilidades y limitaciones físicas-, además cómo responderá al estrés producido por la carrera; no le serviría de nada tener la mejor bicicleta. En esa misma vía el docente debe conocer el cerebro como órgano por excelencia del aprendizaje, dado que de este depende de manera directa su quehacer.


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En muchos colegios y universidades se suele comentar la existencia de profesores que saben mucho pero no son capaces de trasmitir ese conocimiento a sus alumnos. Tal vez, se deba a la falta de empatía o motivación que estos ejercen durante sus clases. En su gran mayoría los docentes desconocen el funcionamiento del cerebro y como este realmente aprende, lo que priva de utilizar metodologías adecuadas que hagan asertiva las clases y que el conocimiento que se comparta sea realmente útil.





                                   

¿Estudio lo que me gusta o lo que pueda darme un trabajo? Nuccio Ordine, profesor y escritor

La importancia de elegir lo que te gusta.

La neurociencia toma gran relevancia en la educación en la medida en que los docentes empiecen a utilizar todo lo descubierto hasta ahora sobre el cerebro. Dejar a un lado concepciones erróneas de como los seres humanos aprenden, dado que la escuela se ha convertido en un sitio aburrido en donde la solo idea de asistir genera desmotivación y rechazo. Un docente que conoce el funcionamiento del cerebro prepara clases dinámicas que acaban con la monotonía en el aula. Un docente que conoce el cerebro realiza clases motivadoras y empatiza con sus alumnos lo cual conlleva a un cambio sustancial en la manera en que se aborda la manera de enseñar. La innovación pedagógica depende directamente del conocimiento que se tenga del cerebro.                                                                                                                                                                                                     
                               

APRENDER Y ENSEÑAR CON TODO EL POTENCIAL DEL CEREBRO.

Uno de los grandes problemas de la educación en Colombia es la deserción, aunque existen diferentes factores (problemas económicos, distancia entre la casa y el colegio, problemas académicos, falta de gusto por el estudio, necesidad de trabajar) algunos de estos se podrían mitigar si el docente utilizara nuevos métodos de enseñanza y aprendizaje activos que logren en los jóvenes se entusiasmen con lo que están aprendiendo. Muchos alumnos reprueban un área porque en ocasiones el docente no es capaz de impactar en su motivación creen que lo aprenden no sirve para nada. Lo que genera poca participación o incluso la inasistencia a clases.




El objetivo consiste en motivar a los alumnos, enseñarles a afrontar nuevos retos que provoquen en su cerebro la satisfacción de aprender. Aunque vale la pena aclarar que la desmotivación de los alumnos para aprender no es solo problema de la escuela, también la familia tiene mucha responsabilidad de lo que actualmente sucede. Gracias a la neurociencia se sabe que los primeros años del niño son importante en su capacidad de aprender, la estimulación temprana marcara el futuro de su proceso educativo. De ahí la importancia de comprometer el hogar como primer pilar del cambio. 

PAGINA PARA APRENDER SOBRE NEUROCIENCIA Y EDUCACION: ASOCIACIÓN EDUCAR

CONFERENCIA "LA NEUROCIENCIA ENTRA AL AULA"  CONFERENCIAS

NEUROAPP: Neurociencia 24h Mente&Cerebro

Bibliografia



Cervera, M. G., Martínez, J. G., & Mon, F. M. E. (2016). Competencia digital y competencia digital docente: una panorámica sobre el estado de la cuestión. Revista Interuniversitaria de Investigación en Tecnología Educativa.

Mazza, D. (2020). Lo que la pandemia nos deja: una oportunidad para pensarnos como docentes.

Muñoz, R. F. (2003). Competencias profesionales del docente en la sociedad del siglo XXI. In Organización y gestión educativa: Revista del Fórum Europeo de Administradores de la Educación (Vol. 11, No. 1, pp. 4-7). Ciss Praxis.

Orozco, J, Olaya, A. & Villate, V. (2009). ¿Calidad de la educación o educación de calidad? una preocupación más allá del mercado. Revista Iberoamericana de Educación. 51, 161- 181.Disponible en: http://rieoei.org/rie51a08.pdf

Valcárcel, N. M. (2004). Los modelos de enseñanza y la práctica de aula. Estudios Pedagogicos,1–19, Universida de Mursia, España.

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